Viajar sin moverse

( Como en ocasiones anteriores, mejor leer el post con la música de fondo)

Se me ocurre la entrada después de echar un vistazo a un comentario del último post de Fire acerca de Anaïs Nin, la poetisa del eros que prendió fuego a tantos convencionalismos sociales y que por primera vez desveló al gran público que era de verdad la sensualidad erótica femenina. Fire menciona un tema de Portishead, "Roads", coincidiendo con Carlos, otro Lobo como yo al otro lado del oceano, en que es uno de los mas sensuales del mundo.

En muchas ocasiones las canciones funcionan como catalizadores de sensaciones, cuando no de sueños . Quiero decir, no es tanto que nos recuerden, por asociación cuando las escuchamos, épocas, momentos, personas o situaciones vividas, sino que actúan sobre un mecanismo primario que desencadena que la actividad cerebral cree las conexiones neuronales precisas para desbloquear el mecanismo de una de las facultades mas preciosas que se nos ha dado, la imaginación

Es entonces cuando se puede realizar uno de los viajes mas increibles que puede hacer el ser humano, el que se hace sin moverse, cerrando los ojos y dejándose llevar hasta donde la mente quiera. Todo lo contrario que a lo que nos condena este mundo, a optimizar el tiempo , a no perderlo en insignificancias, a poner los piés en el suelo, a vivir como he dicho muchas veces, de forma que produzcamos mas para que otros sean mas poderosos, a perder la felicidad para que otros atesoren cada día mas recursos que son de todos.

La música es una de las llaves maestras de la apertura de puertas al senso. A los sentidos. Merece la pena mandar a la mierda los convencionalismos, pararse y escuchar. Sin hacer nada. Cerrar los ojos e imaginar según surgen las armonías. Viajar sin moverse de donde uno está. Recorrer desde el aire praderas por donde fluyen hilos de agua, atravesar montañas heladas donde el silencio duele, rozar con los dedos la piel suave sin cara, sentir los sabores de la fruta y de la sal del mar, abrazar la luna y en ella, sentar al niño que todavia eres, para deleitarte en la contemplación de las estrellas, mientras plantado encima del risco del acantilado donde miles de olas se rompen en jirones de espuma , el pabellón que sujeta tu mano flamea al viento y tu pecho se hincha de salvaje gozo.

¿ No merece la pena darse el premio de parar y hacerlo?. Quien diga que no, es que ya ha abandonado las ganas de vivir.

"Us and Them" es un tema de Pink Floyd, la mítica banda de rock sinfónico, y es ideal para ello. A mi me ha acompañado muchas veces en mis viajes secretos.

Buenas tardes y, si queréis, usadlo como catalizador. Creo que me lo vaís a agradecer.